Acebos de Guzabrero

                            En una de las matas de la majestuosa sierra de Peñasagra se esconden estos singularer acebos de extraordinarias dimensiones.

                            No dudo en decir que posean más de un ciento de años dado que sus gruesos troncos son espectaculares.

                            Nos impresiona ver como el paso del tiempo respeta a estos colosales elementos naturales de los cuales bajo su ramaje el ganado, que sube a estos pastos, descansa en las horas más arduas del verano.

Avellano

                             En esta mata también existe algún avellano en el que podemos admirar su grueso tronco.

                                                                           

                             Además de toda la flora y fauna que rodea el lugar no hemos podido evitar detenernos a observar una fuente la cual sirve de abrevadero para las reses que sedientas vienen a beber. Es triste pero cierto que todos estos manantiales con el tiempo y el descuido se van a ir perdiendo enterrándose en el cieno desapareciendo en el tiempo.

Mesa de Jedillo

La Herrería

 

Costrucción para  el sistema de trampillas que canalizan el agua

Parte interior de la Herrería

                              En el libro Arozas y ferrones de Carmen Ceballos Cuerno hacen esta referencia a Nuestra herrería de Cosío:
                              "En la villa de Cosío en 1749 se le concedió licencia a José Cosío para construir una ferrería en el sitio del "Puente la Herrería". La familia Cossío la explotó, en régimen de arrendamiento, hasta finales del siglo XVIII. Uno de sus descendientes, Alfonso de Cossío Velarde,( dueño, a su vez , de una parte de la ferrería de Santiurde) fue asentista de carbones para la fábrica de anclas de Marrón. Entre 1840 y , al menos, hasta 1847 fue propiedad de la compañía dedicada al comercio "Señores de Bolado". En 1851 pertenecía a "Buenaventuta Mata" que se servía de los montes comunales del Ayuntamiento de Tudanca."

Canal para el trasiego del agua del Nansa a la Ferería.

Antigua situación de una trampilla de desagüe.

La Tejera

Vista frontal

              Como nos gusta recordar los oficios y lugares del pasado, hemos venido hasta este vestigio
tan abundante como necesario en estos lares.

             Nos encanta observar nuestros tejados típicos con esas tejas tan semejantes pero nunca iguales con esas arcillosas gamas de colores.

             Para elaborar estas tejeras era obligado cocerlas en las tejeras, para darlas consistencia, proporcionarlas dureza con la que soportar el azote del viento, la permeabilidad del agua y los contrastes del frio invernal y el calor estival.

            En las fotos que se observan en este blog se denota que esta es una estructura socavada en la tierra y forrada por dentro con piedra. Posee una pequeña chimenea por la que escapaba el humo.
            Se construían en zonas donde fuera fácil obtener materia prima. Es fácil que cerca de estas zonas también se darían forma a las tejas.

           En el pasado inmediato esta tejera durante ya unos cuantos años viene siendo, en el pueblo de Cosio, una caseta donde los críos del pueblo pasaban las horas de ocio con sus juegos y aventuras.

          Ahora se encuentra en estado total de abandono esperando quizás que otra generación de zagales la adorne con sus carcajadas y la esperanza de que esta abuela vuelva a ser la mejor caseta.

Vista superior

Vistas al pueblo de Rozadío