En el extremo occidental de Peñasagra conforman el paisaje estos milenarios Tejos entre los cuales bien se pudieron reunir misteriosos druidas pues ademas parecen formar parte del entorno que embuelve historias de anjanas y trasgos.
Estos arboles milenarios encajados en algunos casos en las desnudas y agudas rocas calizas, entre tierra de turba y verde pasto atildado con la particular y perfumada flora en otros, componen una estampa mitológica en la que el visitante siente la paz y sosiego y se evade del tiempo en este enigmatico lugar.
El Tejo: https://es.wikipedia.org/wiki/Taxus_baccata
Esta braña o el propio Tejo en sí mismo después de miles de años sigue encarnando aquella épica y aguerrida inmolación de los antiguos cantabros como total insumisión al yugo de los invasores romanos y nutre con sus vestigios arbóreos a Peñasagra la cual en su día, quizás, se la llamó Medulio.
En esta página del blog pueden ver esta braña al descubierto y almohadillada bajo una algodonada manta de nieve.
Que decir de las hermosas vistas de Peñarubia vestida de blanco custoriada por el puerto de Las Llaves.
Detras de las heladas peñas la mar salada acaricia nuestras montañas. Mar cantábrico calmado e inquieto humor espontáneo.
En la lejanía los Picos de Europa inmortalizan una estampa de alta montaña invernal.
Las rutas que suben desde el pueblo de Cicera entre bosques y invernales nunca defraudan al caminante.
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